Nueva etapa en las Gili



4 de octubre de 2012.
Amanece un nuevo día en Trawangan, Edu y yo continuamos con nuestra rutina, básicamente bucear. Carol y Hollywood ya están en Bali. Se me hace raro pensar que vamos a pasar mucho tiempo separados. De cualquier manera, los cambios suelen decir que son siempre a mejor...seguro que así será.
Oficina en Bale Sasak sobre ladrillos.
Los días pasan para Edu y para mí con la única preocupación de cuál será el siguiente punto de buceo. Metidos en esta espiral no nos queda casi tiempo para hacer nada mas, aunque uno de los días nos decidimos por subir al view point para contemplar un atardecer.
Al fondo Gili Meno

Escaleras al view point


Al fondo Bali.
Continuamos en la escuela de buceo Trawangan Dive, rodeados de ingleses y australianos. Es desesperante ver como después de 15 meses y creer que habías aprendido algo de inglés, te juntas con anglo-parlantes y dejas de entender el idioma. Espero que solo sea un paso más del aprendizaje.
Todo transcurre con normalidad, hasta que un inquilino en forma de grano, más conocido como forúnculo (es una inflamación de la piel causada por la infección de un folículo piloso y el tejido subcutáneo circundante, normalmente por la bacteria Staphylococcus aureus), gracias wikipedia, aparece en mi axila derecha. Tras consultar al doctor en Gili Trawangan y decirme que hay que abrir, para sacar el pus que el “colega” lleva dentro, me pongo en contacto con el seguro médico. Una vez arreglado con estos la intervención, pasamos a la acción el 12 de Octubre…rápido, pero doloroso.
De repente, mis hábitos se convierten en otros totalmente diferentes. Mientras Edu continúa con el DMT, yo debo acudir todas las mañanas a la clínica, donde debo limpiar la herida. Lo peor…debo mantener la herida seca, con lo cual, no me puedo bañar en el mar, por supuesto no puedo bucear, así que las horas en esta isla, donde a las 8 de la mañana hace 35ºC, se hacen eternas.




Por fin el 19 de octubre todo está en orden en mi axila y estoy listo para volver al agua. Nada mejor para celebrarlo que una tortilla de patata y una ensalada de tomate y cebolla hecha por nosotros mismos.